En estos casos, el homo sapiens moderno es claramente dependiente del cocinado de los alimentos, como demuestra el estudio realizado por Rachel N Carmody y Richard W Wrangham, donde se ponen a prueba los efectos que tienen las dietas crudiveganas , veganas y omnívoras (las dos últimas contemplaba el cocinado de los alimentos) sobre el cuerpo humano. Los resultados de este estudio muestran cómo los consumidores de las dietas crudiveganas mostraban una gran carencia energética y un menor índice de masa corporal que los demás participantes. Además, los participantes de este grupo se vieron obligados al empleo de la suplementación para contrarrestar la carencia de vitaminas como la B12 al no consumir carne. Todos estos factores acumulados provocaron la amenorrea de aproximadamente el 50% de las mujeres que formaban parte del experimento. En el grupo cuya alimentación se basaba en las dietas veganas no se observaron signos de carencia energética, aunque los participantes optaron por la suplementación para suplir nuevamente las necesidades de la vitamina B12. Y, por último, las personas que formaban parte de una dieta omnívora presentaban valores normales de todos los factores examinados. Con estos resultados llegamos a la conclusión de que el cocinado aporta gran cantidad de beneficios para nuestra salud y digestión.
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Hecho por Pablo Rial Garijo
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