La mejor manera de cocinar una pieza de carne de cerdo de tamaño arbitrario, que presente una buena digestibilidad, segura desde el punto de vista de la higiene, que experimente poca pérdida de líquidos y que presenten unas buenas características organolépticas es empleando el método de la cocción a baja temperatura en un baño de agua, a una temperatura un poco más baja que la empleada en estos experimentos, de aproximadamente 60-65 ºC con un tratamiento de varias horas, para más tarde marcar la carne con un soplete con el fin de aportar ese aroma, textura y sabor que se genera con la reacción de Maillard.
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Hecho por Pablo Rial Garijo
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